Cocina de inducción o vitrocerámica: ¿Cuál calienta más rápido y consume menos electricidad?

Al renovar la cocina, la gran pregunta es inevitable: Inducción o Vitrocerámica. Ambas ofrecen un diseño moderno, pero solo una te proporcionará el máximo ahorro energético cocina. Analizamos a fondo el consumo vitrocerámica frente al consumo inducción y vemos cuál logra calentar más rápido para ayudarte a decidir la mejor opción al comprar placa.

¿Cómo funcionan la inducción y la vitrocerámica?

La diferencia clave está en cómo generan calor. La placa vitrocerámica calienta el cristal de la superficie a través de resistencias eléctricas radiantes, que luego transfieren el calor a la olla. El proceso es gradual y el calor residual se mantiene durante mucho tiempo, lo que puede ser una ventaja para cocciones lentas, pero también un riesgo.

Por otro lado, la placa de inducción utiliza un campo electromagnético para calentar directamente la base de la olla. El cristal se calienta solo por contacto con el recipiente. Esto hace que sea un proceso instantáneo y que el calor se genere únicamente en el recipiente, no en la superficie.

 

Consumo inducción o consumo vitrocerámica

Aquí es donde la inducción se lleva la victoria. Su método de calentamiento directo la hace increíblemente rápida. Mientras que una vitrocerámica puede tardar varios minutos en calentar un litro de agua, la inducción lo hace en apenas segundos. Esta velocidad es la clave para el ahorro energético.

  • Consumo inducción o consumo vitrocerámica: Aunque la inducción tiene una potencia más alta (W), el tiempo de uso es tan corto que su consumo total de electricidad es hasta un 30% menor que el de una vitrocerámica. La eficiencia de la inducción es cercana al 90%, mientras que la vitrocerámica se queda en un 60%.

 

Rendimiento, seguridad y mantenimiento

La inducción no solo es más eficiente, sino también más segura. Al no calentar la superficie del cristal, el riesgo de quemaduras accidentales se reduce drásticamente, lo que la hace ideal si tienes niños o mascotas. Por su parte, la vitrocerámica tiene la ventaja de ser compatible con cualquier tipo de recipiente, mientras que la inducción requiere sartenes y ollas con base ferromagnética.

En cuanto a la limpieza, ambas son fáciles, pero la inducción lo es aún más. Como la superficie no se calienta, los derrames de comida no se queman ni se pegan, facilitando su limpieza con un simple paño.

 

¿Para quién es cada placa?

El veredicto es claro. Si tu prioridad es el ahorro energético cocina, la velocidad y la seguridad, la placa de inducción es la inversión más inteligente. Aunque su precio inicial y la necesidad de ollas especiales pueden ser un factor, el ahorro en la factura y la rapidez en la cocina lo compensan a largo plazo. La vitrocerámica sigue siendo una opción funcional para cocinas con un presupuesto más ajustado o para quienes ya tienen todos sus utensilios, pero en términos de consumo, la inducción es la clara ganadora.

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